Tras el alta del virus: “El que des negativo no significa que tú estés bien”

Su salida del Hos­pital Militar Dr. Ramón de La­ra tras cerca de cuarenta días interno con coronavirus no significó una vuelta a la nor­malidad. Más de dos sema­nas después de recibir el al­ta, ni su cuerpo ni su mente parecen funcionar igual que antes de experimentar los primeros síntomas de lo que en un principio, por allá por marzo, supuso era una gripe.

Este superviviente de la enfermedad por coronavi­rus (COVID-19), que pre­fiere no ser identificado, resume su estado en seis pa­labras: “Yo ya no soy el mis­mo”.

Falta de aire, mareos y dolor de cabeza encabezan la lista de malestares que padece. “Desde que tengo cinco o diez minutos ha­blando me sofoco”, cuenta. Por sus conversaciones con otros supervivientes de la COVID-19, sabe que no es el único en sentirse así.

Uno de los medicamen­tos que le administraron durante su internamien­to le provocó una taquicar­dia que aún no desaparece. Su apetito ha cambiado (en el hospital llegó a durar 12 días sin probar bocado) y hasta su ánimo ha decaído.

“Me deprimo mucho, co­sa que antes no me pasaba”, admite el hombre de 38 años que recuerda el aisla­miento como una experien­cia “psicológicamente ho­rrible”. Enfermo y separado de todo ser querido, vio a otros infectados morir a su lado.

Las secuelas emocionales se suman a los síntomas fí­sicos que experimenta y por los que planea visitar varios especialistas médicos. “El hecho de que tú des negati­vo no significa que tú estés bien”.

Se requiere más investigación
Debido al poco tiempo transcurrido desde su des­cubrimiento y al poco co­nocimiento que hay sobre el virus SARS-CoV-2, resul­ta prematuro hablar de las secuelas permanentes que quedarían en un paciente que ha sufrido COVID-19, asegura la neumóloga in­ternista María Nícida Bel­tré. Sin embargo, por las manifestaciones de la en­fermedad y su abordaje te­rapéutico infiere que podría dejar consecuencias físicas, funcionales y psíquicas.

“Esto -aclara la doctora- requiere estudios e investi­gación posteriores”.

A nivel pulmonar, como secuela quedaría la fibrosis pulmonar, lo que llevaría a un pulmón rígido endureci­do con todo lo que ello im­plica.

 Pero los malestares que experimenta un supervi­viente de la enfermedad no tienen que derivarse direc­tamente del paso del virus por su organismo. Algunos problemas pueden obede­cer al largo período de in­ternamiento y a las condi­ciones de este.

Los pacientes que pasan tiempo prologado en venti­lación, cita Beltré, pueden tener atrofia muscular y de­bilidad general. “Esta últi­ma puede ser transitoria; con alimentación apropia­da y rehabilitación física los pacientes vuelven a la nor­malidad”.

En el campo psicológi­co, entretanto, habría con­secuencias que van desde el miedo permanente hasta la depresión.

“Nuestro llamado siem­pre es a la prevención, al distanciamiento social, la­vado constante de las ma­nos y uso de mascarillas permanentes”, aconseja la especialista.

 La capacidad pulmonar puede verse disminuida
MARÍA NÍCIDA BELTRÉ

Neumóloga internista – función pulmonar
Dadas todas las explicaciones e incluso las autopsias estudiadas, en el pulmón con COVID-19 se dan dos tipos de situaciones: una en la microcirculación y otra inflamatoria. Todo esto pasa en el intersticio del pulmón, o sea, en la parte de parénquima pulmonar donde se realiza el intercambio gaseoso. ¿Qué alte­raciones vamos a tener a nivel pulmonar? El virus apenas tiene meses, pero podemos dilucidar qué pa­sará en el pulmón de un paciente que haya sufrido COVID-19.

Como se da una respuesta inflamatoria tan exten­sa, hay afectación de la microcirculación o pequeños trombos, el paciente puede quedar con secuelas tan­to ventilatorias como cir­culatorias, o sea, va a tener trastornos fisiológicos pero también físicos.

Va a haber fibrosis, esa fi­brosis va a dificultar la oxi­genación, por lo tanto, puede ser que el paciente sea un candidato perma­nente a tener concentracio­nes de oxígeno bajas, en algunos momentos puede depender de la oxigenoterapia permanente, pero en otros solamente tener una ligera disminución de la oxigenación compatible con su quehacer diario. Va­mos a tener, entonces, trastornos de la ventilación. Ese paciente puede tener algunos valores bajos co­mo la capacidad pulmonar total e incluso el volu­men inspiratorio forzado en el primer segundo.

fuente:listindiario.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *