¿Qué tan lejos está el PLD de una división?

La rivalidad entre danilistas y leonelistas mantiene al partido morado en una incertidumbre de cara al futuro      La historia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no ha sido la misma después que el actual presidente de la República, Danilo Medina, renunció a la Secretaría de la Presidencia en el gobierno de Leonel Fernández del 2006, con el agravante de que más tarde denunciaba que “me venció el poder” en las primarias internas del PLD en mayo del 2007.

Desde entonces, la rivalidad entre ambos líderes es evidente y ha llenado de incertidumbre en varias ocasiones el futuro de esa organización política fundada por el profesor Juan Bosch, la cual nació como producto de una división de grupos a lo interno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de 1973.

¿Qué tan lejos está el PLD de una división? Es cierto que cuando el partido morado ha estado al borde de estallar, con enfrentamientos entre danilistas y leonelistas, el síndrome de la “unidad” ha calmado el avispero. Pero, ¿qué se puede esperar en lo adelante? El tema de una nueva reelección presidencial de Danilo Medina ha puesto en jaque el destino del PLD.

Estrategias y concentración de poder
Mientras se debate “si procede o no la reelección” (sobre el entendido de que la misma Constitución de la República le prohíbe al mandatario presentarse como candidato en el 2020, porque un transitorio lo especifica de manera taxativa), la estrategia de posicionamiento de la imagen de Medina no ha estado ausente en los medios de comunicación, con titulares que se repiten una y otra vez, como “segundo presidente mejor valorado del mundo, según revista española ACOP” o “es el presidente mejor valorado de las Américas.

Es la misma línea publicitaria que comenzó a salir en los albores del 2015 cuando era vitoreado “como el gobernante más popular y de mayor aprobación en América Latina, con un 89% en el Ranking de Mandatarios de la Consulta Mitofsky”, mientras seguía brincando los “charquitos” con las “visitas sorpresas” que ha mantenido sin descanso hasta ahora.

Las “bocinas” danilistas proreeleccionistas tampoco han bajado la guardia, con el diputado Elpidio Báez a la cabeza en días recientes, afirmando que ya tienen los votos necesarios en el Congreso para modificar la Constitución y que “el presidente debe tomar él la decisión, porque él es el actor central de este torneo electoral”.

¿Cuál sería la actitud de Medina en medio de una ola de gobernantes latinoamericanos que buscan aferrarse al poder y a la reelección como registra la historia reciente)? Lo primero que ha hecho el mandatario es alargar el período de angustia, especialmente de los leonelistas, con su decisión de callar sobre la reelección, porque “en el PLD decidimos hablar del tema en marzo, y en ese momento yo fijaré mi posición” (programa Con Jatnna, de Color Visión, 19 de agosto 2018).

Una línea de silencio que pocos han acatado, porque la mayoría de los miembros del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana ya sacaron sus banderas. Seis seguidores de Leonel Fernández (Margarita Cedeño, Rafael Alburquerque, Radhamés Jiménez, Franklin Almeyda, Bautista Rojas Gómez) se han mostrado en contra de una modificación a la Constitución para que Medina se reelija, y hace pocos días el precandidato presidencial Temístocles Montás y Radhamés Segura cristalizaron esa misma idea.

Mientras que en la otra esquina, los pesos pesados José Ramón (Monchy) Fadul y Francisco Javier García son partidarios de que se elimine el artículo transitorio en la Carta Magna que inhabilita a Medina. “Para mí, lo que tiene que ver con una Constitución que solo inhabilite a una persona de la República Dominicana es un acto de discriminación, de exclusión y una injusticia”, dijo en agosto el ministro de Turismo, durante una entrevista en el programa “Hoy Mismo”, por Color Visión.

Las voces reeleccionista son más en un Comité Político dominado por los danilistas, al igual como ocurre en el Comité Central y en el Congreso de la República. Lo que estaría por verse es si esta concentración de poder y popularidad tiene otro fundamento que no sea la reelección.

Si Danilo decide aceptar (en caso hipotético, reformando la Constitución) sería el entierro definitivo de Leonel en el PLD, tomando en cuenta las derrotas sucesivas que han sufrido los leonelistas desde que los danilistas tomaron el poder, como ocurrió al imponerse como mayoría en el Comité Central y el Comité Político. El mismo sabor agridulce lo tragó Leonel cuando el partido decidió por las primarias abiertas para elegir a sus candidatos, contrario a lo que el ex presidente defendía (primarias cerradas).

Además, con cuatro años más fuera del poder, a partir del 2020, Leonel Fernández arribaría a los 70 años de edad, posiblemente enfrentando el desgaste del gobernante Partido de la Liberación Dominicana y de su vida política que ha estado enfrentando en los últimos años una baja popularidad y ataques sobre corrupción.

Sin embargo, el presidente del PLD no tiene la intención de sucumbir en el tiempo y ya ha unificado a sus reducidas tropas que se han mantenido leales.

Irá bajo cualquier circunstancia
Muchos análisis soporta el discurso de Leonel Fernández en la presentación de sus aspiraciones a la candidatura presidencial por el PLD con miras a los comicios del año 2020. “Hemos iniciado una jornada y no hay marcha atrás, bajo cualquier circunstancia ¡E’ pa’ lante que vamos! (…) Con ese millón 225 mil personas registradas en nuestros formularios ya constituimos una fuerza superior al principal partido de oposición en la República Dominicana”, expresó ante la mirada y efervescencia de los miles de seguidores que reunió en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo el 26 de agosto pasado.

Si se cierran las puertas en el PLD, por lo pronto ya Leonel ha advertido que ha constituido una fuerza superior al principal partido de oposición.

En la política no se descarta ningún tipo de eventualidad, sobre todo con un discurso aguerrido asumido por Fernández, el cual abre la posibilidad de pensar que el expresidente se ha preparado para ser el candidato del PLD o de otra organización. Por lo menos, algunos reformistas se han animado a proponer que si le impiden ser el candidato del PLD, en el PRSC tiene las puertas abiertas, como aseguró el pasado año el ingeniero Carlos Troche, miembro de la Comisión Presidencial Reformista.

Lo cierto es que a lo interno del partido morado se vislumbra una lucha más feroz. Los opositores internos de Leonel ya han dado muestra de tener el “juego sucio”, y ejemplos hay de sobra, como es el caso de la derrota del exalcalde Roberto Salcedo, quien para muchos no era de la simpatía del entorno de Medina, el mismo sector de poder que se ha señalado como responsable de la campaña sucia del 2014 para sacar del paso a Leonel Fernández con la acusación del confeso narcotraficante Quirino Ernesto Paulino, quien supuestamente había financiado la campaña electoral del presidente del PLD.

A pesar de todo, para ese período la “unidad” fue la palabra que maquilló el panorama al final de la lucha interna morada, que esta vez alcanza un matiz muy diferente y difícil de pronosticar. Esperemos a marzo para ver qué tan fuerte es la unidad en el entorno peledeista.

La alternancia, un tema pendiente en los partidos
Al igual como sucede en otras organizaciones que componen el sistema político, el tema de la sucesión presidencial ha estado olvidado dentro del debate interno del PLD, lo cual no le permite establecer una cultura de alternabilidad de cara a los procesos electorales. Los partidos locales se han caracterizado por sostenerse sobre figuras hegemónicas, que lacera un auténtico sistema democrático y el relevo generacional entre ellos. Esto explica el número de modificaciones a las que ha sido sometida la Constitución dominicana (39 veces en 15 períodos hasta ahora), especialmente para permitir la reelección presidencial, y los constantes choques entre los sectores dominantes de las organizaciones.

fuente:diariolibre.com.do

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