Por qué llegan cada vez menos estudiantes extranjeros a Estados Unidos

Cada vez son menos. El número de estudiantes internacionales que se inscriben en universidades de Estados Unidos cayó en casi 7% el año pasado, de acuerdo con cifras oficiales publicadas este mes.

Es el segundo año consecutivo en el que esta cifra se reduce, haciendo mella en un mercado que representa unos $42.000 millones de dólares anuales para la economía estadounidense.

El profesor Simon Marginson, un experto de la Universidad de Oxford en tendencias sobre estudiantes internacionales, considera que hay “pocas dudas” de que esta caída tiene que ver con el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump.

Asegura que se trata de una combinación del efecto de los mensajes contra la inmigración que desestimulan a los potenciales aspirantes a ir a estudiar a ese país y el endurecimiento del sistema de otorgamiento de visas para estudios.

“Ambiente político”

El Instituto Internacional de Educación (IIE), que recopila información anualmente sobre este tema, consultó a potenciales alumnos sobre las razones para no estudiar en Estados Unidos y descubrió una mezcla de factores políticos, con aspectos prácticos y económicos.

Uno de los elementos mencionados, por ejemplo, fue el alto costo de las matrículas, pero también hablaron de “no sentirse bienvenidos en Estados Unidos” y de preocupación por su “seguridad física” en ese país.

Las mayores caídas en las solicitudes se han producido entre ciudadanos de lugares como India, Corea del Sur, México y Arabia Saudita.

Pero también han descendido las cifras de estudiantes procedentes de Reino Unido, Alemania y Francia.

Lo más llamativo de esta caída en la llegada de alumnos de otros países es que representa una reversión de un patrón de crecimiento que se había mantenido durante décadas.

Poder blando

Estados Unidos ha sido muy exitoso atrayendo hacia sí la cuota más grande del mercado de estudiantes internacionales.

A inicios de la década de 1960, había unos 50.000 estudiantes internacionales en Estados Unidos.

Esa cifra creció año tras año hasta ubicarse por encima de los 500.000 para el año 2000.

En 2015, había más de un millón de estudiantes extranjeros en EE.UU.

Esto generaba beneficios financieros, pero también era visto como una parte importante del “poder blando” (capacidad de atracción) estadounidense así como una herramienta útil para promover la influencia global de ese país.

Depender de China

Hasta ahora, el número total de estudiantes internacionales en el sistema estadounidense ha seguido creciendo, pero eso se debe a que el sistema permite que los alumnos permanezcan en ese país hasta tres años después de graduarse para que puedan desarrollar sus habilidades de trabajo.

Sin embargo, la caída significativa de inscripción de nuevos estudiantes -10% en el plazo de dos años- sugiere que la popularidad que creció durante muchas décadas se ha detenido.

De hecho, se habría producido un descenso aún más pronunciado si no fuera por el incesante crecimiento de solicitudes procedentes de estudiantes de China, quienes son con diferencia el mayor grupo de alumnos extranjeros en Estados Unidos.

Entre los años 2000 y 2008, la cifra de alumnos chinos en EE.UU creció de 60.000 a más de 360.000. La mayor parte de ellos inscritos en cursos de ciencia, tecnología, matemática y negocios.

Gracias a ellos, las universidades estadounidenses reciben miles de millones de dólares.

El profesor Marginson asegura que una potencial disputa diplomática o comercial que detuviera el flujo de alumnos chinos tendría “implicaciones potencialmente catastróficas” en las finanzas de las universidades estadounidenses.

fuente:eldiariony.com

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