El caso Solanny y su silla de ruedas

A simple vista se pudiera apreciar que hablo de una persona en particular, pero no es así. Simplemente le pongo nombre propio a una circunstancia o episodio de la vida de alguien que se inscribió a precandidata a Alcaldesa de un pueblo, con un perfil de liderazgo e impronta social que la cubrió de grandes atractivos y apoyo político en su demarcación.

Se trata de una mujer todo terreno, que según la manifestación empática de los munícipes de su entorno, rompe los esquemas de ni siquiera tener que cobijarse en la sombra de la cuota femenina, ya que por si sola, sería capaz de arrastrar consigo la simpatía electoral para hacer un estelar papel en las primarias del 6 de octubre del 2019 y las elecciones del 2020, en el sentido, de que en su rol de actual regidora, ha descollado como una centinela de la municipalidad, dado su carácter de guerrera que ha merecido la creencia paradigmática de mujer imbatible e incansable, hasta el punto que se ha hecho público, para referirse a su disposición al trabajo, el dicho que si se quiere que una tarea o misión se cumpla, debe encomendársela a ella.   

Resulta que luego de su inscripción en el PLD del municipio de Bonao, con una gran pegada en el imaginario social de su pueblo, el destino le juega una de esa esa pasada, y súbitamente queda sin movilidad de la cintura hacia abajo, o sea, sin poder caminar. En consecuencia, de  una mujer 24/7, ahora en plena precampaña debe auxiliarse de una silla de ruedas para hacer su diario vivir y desempeño, cuestión que ha generado la idea de que la luz de esa estrella se ha apagado para seguir impulsando  su sueño y propósito político.

Inclusive, muchos correligionarios de su partido, en lo que se cuentan, cercanos auspiciadores, han expresado que sus aspiraciones sucumbieron debido a su inmovilidad temporal de sus piernas, partiendo del razonamiento de que la posición a la que aspira demanda de un gran desplazamiento y esfuerzo, como es terciar en una contienda política en un puesto de esa naturaleza, ahora en silla de ruedas. Si fuera el caso, que no es lo que estoy planteando, que de llegar el 6 de octubre de lo corriente en esa situación, y más allá, hasta el propio proceso de campaña propiamente dicha, de acuerdo a muchos casos en la historia, la silla de ruedas no resultaría un escollo infranqueable.

Lo primero que quiero plantear es que debido a su estado de inmovilidad de las piernas,-transitoria o hasta permanente-, el partido por el cual esta mujer inscribió sus aspiraciones para las primarias abiertas, por este causal, no la puede inhabilitar, toda vez que constitucional y legalmente, en este sentido goza de un derecho legítimamente protegido, para que en dicha condiciones pueda concurrir a la posición a la que aspira.   

Sobre el caso Solanny, que podría ser el de muchos, a modo de bálsamo solidario, me permito referir que la historia está llena de ejemplos de personas con limitaciones locomotoras que han conquistado sus sueños y sus ideales con plenas discapacidades.

Concretamente hablando, en el plano político, que es de lo que se trata, tenemos el caso Franklin Delano Roosevelt, quien alcanzó la presidencia de los Estados Unidos desde 1932 hasta su muerte en 1945, siendo el único, con todo el estado de incapacidad de movilidad en sus piernas, que ganó cuatro elecciones presidenciales en esa nación: la primera en 1932, la segunda en 1936, la tercera en 1940 y la cuarta en 1944.

Como referencia, del estado de voluntad y actitud, quiero destacar que este político, habiendo sufrido una poliomielitis lo cual le acarreó una parálisis parcial, teniendo incluso, que apartarse de la escena pública por un tiempo, quien para la gran mayoría de los analistas de la política estadounidense dieron por sentado que el afectado Roosevelt, no volvería jamás a la política, sin embargo, no fue de nuevo presidente después del 1944, porque la muerte lo sorprendió repentinamente. 

Otro caso reciente de silla de ruedas, es el de Lenin Moreno, el actual presidente de Ecuador, quien en el año 1998, víctima de un atraco, recibió un disparo, que le generó la inmovilización de ambas piernas, sin embargo, bajo estas condiciones, en las elecciones presidenciales del 2006, cuando fue electo Rafael Correa como presidente, Lenin Moreno alcanzó la vicepresidencia, manteniéndose en dicho cargo hasta el año 2013. Así, usando su silla de ruedas, en las elecciones presidenciales del 2017, se convirtió en mandatario.

Volviendo concretamente a la guerrera referida en el título de este artículo, cabe connotar que los casos anteriores resultan un buen espejo de que estar sentado en una silla de ruedas no etiqueta a nadie como inútil o incapaz de concurrir, e incluso, ganar un proceso eleccionario.

En caso Roosevelt, sus estrategas diseñaron uno de los primeros programas de campaña oral a través de las emisoras, incluso, desde el cual, este  hacia unas alocuciones compartiendo con el electorado sus sueños y aspiraciones, las cuales conectaban con la revolución de expectativas del pueblo. Como se aprecia, las sillas de ruedas de estos dos ejemplos no impidieron que estos líderes cristalizaran sus proyectos políticos, ya que fue suficiente, haber contado con un prestigio y una conexión con el electorado.    

fuente:acento.com.do lic Jose Lino Martinez

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