Dialogando con Félix Burgos 

¿Y cómo fue que no te hiciste un personaje de la estirpe de los apóstoles? 

¡Cuántas cosas he sabido de tu grandeza y de tu fábrica de bondades! ¡ 

Caramba, Caramba Félix, 93 primaveras adornaban tu juventud hoy, ya ida.   

Y yo tan cerca y no lo sabía, sí que a leguas lo sentía. ¡Tanta quietud,  

paz y amor que llevabas contigo, y en verdad, te hicieron un ser divino!  

Félix, hoy, te presento en vez de ser en la hora de tu llegada, hoy aquí, entre nosotros, lo hago a la hora de tu partida. Y en verdad, poco sabia de tu vida… 

Y permíteme honrarte por todo lo que hiciste por lo tuyo y tu familia. 

En torno a tu sencilla bondad hace poco que le pasaba lista a tu reparto de amor, y en ello, de tantas cosas me detuve a pensar en las flores a distancia que siempre enviaba a Bebé como una muestra que la distancia más a ella te unía, donde cada pétalo era un eslabón que cual cadena de amor convertía.  

Alla, en los rascacielos,  entre las nieblas, subiste dos familias, y de ella recuerdo tu hijos que a pujo y sudor de obrero, hombre los hiciste, y por eso con ellos te formamos un coro de honra y gratitud con sabor a hijos dolidos, (Pedro, el querido bobote, Felito, Guango (quien supe que se mudó a tu cama a servir de guardián a tus sueños y tus quejidos) Juan Félix, y Marcia y ahora te lo digo, también Roberto quien adelantó su carrusel para esperarte en el cielo para guiarte a tu reino. 

Y que te digo, ¿Pensaste sería un anónimo que en el tiempo quedaría mudo?, hoy también aquí te lloran, presentes o ausentes tus hijos de tu corazón y de tu sudorosa frente, hoy los hijos que pujaste junto a bebé, aunque no de sangre, ellos todos párvulos con sus esperanzas acuesta de paliar su sed de su futuro y definir su destino, honran tu nombre y por ti también lloran y desbordan su gratitud de padre ejemplar: Joselito, el Rubio, Josefina (Fifa), Domingo y Nilda, el nidal, poner de ejemplo tu decano afán de vida sudor, pasión y amor.  

Félix, atrás dejaste 93 años, y una camada de nietos, yernos, hijos y amigos y tus microscópicos parientes en tu vecindad que hoy lloran tu partida envuelto en tu recuerdo hasta la eternidad. ¡Y dijo uno, el mejor abuelo, y dijo otro, el mejor esposo, y dijo otro, el mejor vecino y dijo una, sin ti no fuera Rosa, simplemente fuera, quizás, un amasijo de espinas, llorando la vida de no haberme encontrado en ella y conviviera conmigo, hoy se me perdió el mejor marido, esposo y compañero! Félix, y déjame cumplir en tu sepelio con un encargo, tanto de tus hijos como de Bebé tu esposa, aquí en la tierra nos quedamos en abierto cielo, pero cuenta con nuestro ejemplo, que tanto te hacia contento. Y no olvides, aquí nos tienes para cuando los muertos vuelvan a buscar sus vidas…Y una de dos, aquí te esperamos, o si prefieres, espéranos allá, que en el cielo no juntamos a pesar que hoy no separamos.  

Vete quieto, que su siembra crecerá, en amor, en paz, comprensión y sobre todo, honraremos tu nombre en la gracias de Dios. ¡Adiós Félix, que tu recuerdo no se borre nunca… y si amagamos en refriegas inútiles, tu será nuestro arbitro divino que guiará la comprensión familiar como siempre….     

fuente:LIC.JOSÉ LINO MARTÍNEZ

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