Despedida en soledad: Vivir sin un ser querido en tiempos de crisis

El distanciamiento so­cial nos ha hecho va­lorar cada día más y apreciar la vida, no sabiendo que en cualquier momento si no nos pro­tegemos podría suceder el tener que despedir desde la distancia a uno de nuestros seres queridos por esta causa, e incluso tocarnos a nosotros mismos irnos sin tener a nadie a nuestro lado. La Muerte un tema tabú para muchos pero místico para otros, lo que sí sabe­mos es que guarda un sentimien­to de gran temor, tristeza, fragili­dad y angustia para todos.

La historia nos relata que pa­ra despedir a un pariente por más lejano afectivamente que sea y por menos contacto que tenga­mos con ellos, cada sociedad a través del tiempo fue desarro­llando sus prácticas funerarias de acuerdo con sus creencias fi­losóficas y religiosas, siendo el aspecto principal el de ayudar a organizar y centrar a los dolien­tes en momentos de crisis. Se ha demostrado científicamente que la falta de rituales repercute di­rectamente en problemas psico­lógicos, alterando nuestra salud mental y por ende a una lenifica­ción en la expresión de sus senti­mientos y emociones como son: la negación, ira, hostilidad, rabia, impotencia, ansiedad y culpa, va­lorizando y validando el inicio del proceso del duelo con estas catarsis.

El duelo por perdidas físicas es un proceso dinámico que vi­vimos ante una perdida tangible de un ser amado, normalmente en donde puede expresarse jun­to a sus familiares y amigos todos los sentimientos sobre esa perso­na que ya no estará a nuestro la­do, haciendo que con la ayuda de ese apoyo físico en este pro­ceso fuese un poco más llevade­ro en este momento tan doloroso. No obstante, sabemos que el fu­neral por muerte a causa del co­ronavirus en la gran mayoría no puede realizarse, por su alto nivel de contagio, pero otros países eu­ropeos que tomo de referencia en tiempo real han realizado la des­pedida tipo virtual. A través de videollamadas, algunos centros sanitarios han autorizado el per­miso de ver a sus seres queridos por unos minutos cuando están gravemente enfermos. Si nada de esto le es posible debe tener pre­sente los sentimientos mostrado por los sobrevientes como son la negación, ‘shock’, ansiedad, cul­pa, tristeza constante durante to­do el día, depresión, uso de al­cohol o drogas, falta de sueño, pérdida de apetito, y estrés pos­traumático con pensamientos re­currentes e intrusivos acerca del muerto y de la enfermedad, in­clusive logran paralizarlos de su cotidianidad.

Cómo lidiar con el duelo
Lo que podemos recomendar a estas personas es ha sentirse en confianza de pedir apoyo de un profesional capacitado en el área, que le pueda brindar el acompa­ñamiento y la ayuda necesaria a través de un proceso terapéutico , además de permitirse experimen­tar esos sentimientos de angustia , validar la tristeza, la rabia y la ira e incluso comunicarse con sus fa­miliares a través de los medios di­gitales que tenga en sus manos en ese momento y que pueda verba­lizar sus emociones si así lo consi­derara necesario, enfocarse en su propia salud sin sentirse culpable de la perdida de ese ser amado y también tratar de realizar rutinas cotidianas que lo enfoquen en su espacio y entorno.

 CLAVES
Por amor

Decía Earl Grollman: “El duelo no es un desorden, una enfermedad o una señal de debilidad,es una necesi­dad emocional, física y espi­ritual, el precio que se paga por amar”.

El dolor
Termino con esta frase que hago consciente en estos momentos de pandemia: “El dolor es inevitable, el su­frimiento es opcional”. Ka­thleen Casey .

fuente:listindiario.com

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