CORONAVIRUS: Florida ante el dilema de la salud o la economía

Los casos del coronavirus SARS-CoV-2 siguen creciendo en Florida, a la par que encogen o desaparecen los ingresos de miles de familias en cuarentena y se alargan las filas en los repartos gratuitos de comida, como la que formaron este martes en Opa-Locka (Miami-Dade) unos 500 automóviles.

A lo largo de varias horas, decenas de voluntarios, con máscaras y guantes, fueron introduciendo las bolsas con verduras y otros alimentos reunidos por la organización benéfica Feeding South of Florida en el baúl de los automóviles que, dirigidos por la policía, iban llegando a la zona de reparto.

La organización, junto con otras entidades, organiza a diario y en distintos puntos del sur de Florida entregas como la que tuvo lugar hoy en Opa-Locka, una ciudad del condado Miami-Dade con una población mayoritariamente de bajos recursos y afroamericana.

La larga fila de automóviles en el bulevar Sharazad de Opa-Locka parecía darle la razón al alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, quien defiende que es necesario poner en marcha de nuevo la actividad económica y anunció este lunes dos iniciativas para hacerlo lo antes posible, pues ya se ve «la luz al final del túnel».

Sin embargo, las últimas cifras sobre el impacto de la enfermedad del COVID-19 en el «estado del sol» dicen lo contrario.

LAS MUERTES SUPERAN LA BARRERA DE 500

Desde este lunes por la tarde hasta hoy, los casos confirmados han crecido en 348, al pasar de 21.019 a 21.367, y las muertes han superado por primera vez la barrera psicológica de las 500.

Desde el lunes se han elevado de 499 a 524.

El principal foco del coronavirus SARS-CoV-2 sigue estando en el sur del estado: Miami-Dade tiene 7.555 casos, 56 casos más que el lunes, y 125 muertes; Broward, 3.243 casos y 78 muertes, y Palm Beach, 1.727 y 93, respectivamente.

En la zona de Orlando, en el centro del estado, está el segundo foco más importante de la enfermedad. Con 1.033 casos y 13 muertes, el condado de Orange es el que sigue a Palm Beach en la lista.

También es uno de los más tocados por el desempleo.

Los parques temáticos y los hoteles y centros de ocio a su alrededor, que dan empleo a decenas de miles de personas, están cerrados desde mediados de marzo y los grandes grupos del sector, como Disney World, han empezado a suspender sin sueldo a sus trabajadores ante la falta de una fecha cierta para su reapertura.

Plantear un dilema entre salud o economía no tiene sentido, señala a Efe Héctor Sandoval, director del programa de Análisis Económico de la Oficina de Investigación Económica y de Negocios (BEBR) de la Universidad de Florida (UF).

NO QUEREMOS OTRO NUEVA YORK

«Hay que proteger la salud de la gente, no podemos activar la economía si siguen creciendo los casos, para luego tener que volverla a parar con el riesgo de que la enfermedad crezca» y «esto se vuelva Nueva York. No queremos eso», dijo.

El economista mexicano, que estudió en Wisconsin y trabaja en el BEBR desde 2015, dice que el panorama económico de Florida, especialmente en lo que se refiere al empleo, no es halagüeño ni va a serlo en un tiempo, pues el turismo, el motor de su economía, está «totalmente parado», pero exhorta a no perder el optimismo.

«Hay que seguir adelante», sentencia en español.

Sandoval dice que los economistas calculan que a nivel nacional el desempleo puede colocarse en tasas del 15 al 20 % y «es posible que sea peor» en Florida, donde en febrero se había logrado un mínimo histórico del 2,8 %, uno de los más bajos del país, que en conjunto tuvo ese mes una tasa del 3,5 %, la más baja en medio siglo.

INDICADORES Y ECONOMÍA REAL

Los indicadores todavía no han «capturado» la magnitud de la crisis, subraya Sandoval, quien cree que es pronto para «reabrir» la economía y subraya que lo ideal es que armar una red de contención social que cubra no solo a los trabajadores formales.

En Florida, tanto los procesos de solicitud del seguro de desempleo como las ayudas del programa de estímulo económico del gobierno se están retrasando, en el primer caso debido a problemas técnicos, y en el segundo porque recién han empezado a distribuirse.

La salvadoreña Rosa R., que trabaja limpiando casas en Miami, apenas ha salido de su vivienda desde el pasado 14 de marzo, según cuenta a Efe.

Su esposo trabaja haciendo remodelaciones y tampoco tiene mucho trabajo, pues en muchos edificios no permiten las obras por el COVID-19, y su hija, nacida en EE.UU., que es estudiante y tiene un trabajo a tiempo parcial en un supermercado, es la que sigue aportando dinero a la economía familiar.

Hasta ahora no han necesitado recurrir a los centros de reparto de comida, pero no sabe cuánto mas podrá resistir.

fuente:listindiario.com

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